Muelas del juicio: Todo lo que debes saber

Muelas del juicio: Todo lo que debes saber

Las muelas del juicio, también llamadas cordales, son los últimos dientes en aparecer y se ubican en los extremos de los maxilares. Es habitual que una persona tenga los cuatro molares pero no es excepcional que pueda haber solo tres, dos, uno o ninguno.

Hoy, en Doctor Toledo, te explicamos que son las muelas del juicio, sus síntomas y si deben extraerse.

Estas piezas dentales suelen aparecer entre los 16 y 18 años y terminan de erupcionar a los 20 años. En ocasiones pueden hacerlo con más retraso o incluso no llegar a salir y quedarse retenidas dentro del hueso maxilar. Cuando esto sucede se les denomina muelas retenidas.

Las razones por las que una muela puede no llegar a salir son varias: mala posición, membrana de la encía muy densa, falta de espacio, densidad del hueso, etc.

Síntomas de las muelas del juicio

Las muelas del juicio pueden aparecer de forma asintomática o generar una serie de síntomas que varían en intensidad y duración según cada paciente. A continuación, detallamos los más comunes y relevantes:

  • Dolor en la parte posterior de la boca: Es uno de los síntomas iniciales más frecuentes. El dolor puede aparecer al masticar o de forma continua, y en ocasiones empeora con el paso de los días.
  • Inflamación de encías: La encía que rodea la muela del juicio puede inflamarse, enrojecerse y volverse muy sensible al tacto, al cepillado o incluso al hablar y masticar.
  • Sensación de presión en la mandíbula: Algunas muelas, al no encontrar espacio para salir correctamente, ejercen presión contra los dientes vecinos, lo que puede generar molestia o una sensación de empuje incómoda.
  • Dolor reflejo en otras zonas de la cara: El dolor puede extenderse al oído, al ojo o a la sien del mismo lado, provocando cefaleas o malestar generalizado.
  • Dificultad para abrir la boca (trismus): Cuando hay una inflamación importante, se puede ver limitada la apertura bucal, dificultando actividades cotidianas como hablar, comer o bostezar.
  • Mal aliento o sabor desagradable en la boca: Las muelas parcialmente erupcionadas acumulan bacterias y restos de comida en la encía que las cubre parcialmente, lo que puede generar halitosis persistente.
  • Hinchazón visible en la cara o mandíbula: En los casos más severos, especialmente si hay infección, puede producirse inflamación externa que se manifiesta como una hinchazón en la mejilla o bajo la mandíbula.
  • Fiebre y malestar general: Si se desarrolla una infección (pericoronaritis), el cuerpo puede reaccionar con fiebre, fatiga o sensación de decaimiento.
  • Presencia de pus o secreción: En casos de infección avanzada, es posible que haya supuración de líquido purulento desde la encía afectada.
  • Desplazamiento de dientes adyacentes: Si la muela del juicio no tiene espacio suficiente, puede empujar a otros dientes, alterando la alineación dental y provocando apiñamiento.

¿Cuándo es necesario extraerlas?

La extracción de las muelas del juicio es un procedimiento habitual en odontología, pero no siempre es necesario. Estas piezas dentales se deben valorar individualmente, ya que no todos los pacientes presentan los mismos problemas. En muchos casos, las muelas del juicio erupcionan correctamente y no interfieren en la salud bucodental. Sin embargo, cuando generan síntomas, molestias o riesgos clínicos, su retirada puede ser la mejor opción para evitar complicaciones mayores.

Una de las principales razones por las que se recomienda la extracción es cuando la muela del juicio no tiene espacio suficiente para salir. Esta falta de espacio suele provocar una erupción parcial o una retención ósea completa, situación en la que la pieza queda bloqueada dentro del maxilar. Esta condición puede causar dolor, infecciones recurrentes y daños en los dientes vecinos, especialmente en los segundos molares.

También es frecuente que las muelas del juicio se desarrollen en posición inclinada o torcida, lo que impide su salida natural y puede provocar apiñamiento dental. Este desplazamiento puede alterar la alineación de los dientes, dificultar la masticación o afectar tratamientos de ortodoncia previos.

Otra indicación clara para la extracción es la dificultad en la higiene dental. Al estar localizadas en la parte posterior de la boca, estas muelas son difíciles de cepillar correctamente. Esta falta de acceso facilita la acumulación de placa bacteriana y restos de alimentos, aumentando el riesgo de caries, gingivitis, periodontitis y halitosis. Si esto ocurre de forma recurrente, la extracción puede ser una solución preventiva.

En algunos casos, las muelas del juicio causan dolor mandibular, inflamación, hinchazón facial o fiebre, signos clínicos que indican infección activa. Este cuadro, conocido como pericoronaritis, es una causa común de consulta urgente y suele resolverse con antibióticos, pero si se repite con frecuencia, se aconseja extraer la pieza de forma definitiva.

También hay situaciones en las que la muela del juicio parece estar sana, pero en la radiografía se observa que está dañando la raíz del diente adyacente, o que hay un quiste asociado al folículo dental. En estos casos, aunque no haya dolor, la extracción preventiva es recomendable para evitar futuros tratamientos más complejos.

En definitiva, si las muelas del juicio provocan molestias, infecciones, desplazamientos dentales o afectan la salud de otras piezas, su extracción se convierte en un tratamiento necesario. En nuestras clínicas, realizamos una valoración personalizada con diagnóstico por imagen, analizando la posición exacta de cada muela y el estado de los tejidos circundantes. De esta forma, te ofrecemos la mejor solución para proteger tu salud bucal a largo plazo.

Cuidados post-operatorios

Después de la extracción de la muela del juicio es importante cuidar la boca para evitar infecciones. En las primeras 24 horas es normal sentir molestia y es conveniente no enjuagarse la boca ni cepillarse los dientes ya que esta puede hacer que sangre y tarde más en cicatrizar.

Pasadas las 24 horas después de la intervención es recomendable hacer enjuagues bucales con agua y sal para prevenir las infecciones y facilitar la cicatrización de la herida, llevar una dieta blanda y tener cuidado con la limpieza bucal.

Además no se debería fumar ni beber líquidos muy calientes durante la recuperación.

No se puede evitar la aparición de las muelas del juicio pero se pueden realizar revisiones periódicas en el dentista para supervisar el crecimiento mediante una radiografía. Con estas revisiones podríamos ahorrarnos el dolor de la erupción de los cordales y la aparición de futuras infecciones.

En Doctor Toledo contamos con profesionales expertos que tratarán este problema. No dudes en contactar con nosotros.

Scroll al inicio
Call Now Button