Las llagas en la boca, también conocidas como úlceras bucales o aftas, son lesiones dolorosas que afectan la mucosa oral, dificultando tareas cotidianas como comer, hablar o incluso sonreír. A pesar de su apariencia inofensiva, estas pequeñas heridas pueden ser un signo de desequilibrio en el cuerpo o un síntoma de problemas más profundos en la salud bucodental.
Saber por qué aparecen las llagas en la boca es fundamental para prevenirlas, tratarlas correctamente y evitar molestias innecesarias. Te explicamos las principales causas, y las claves para prevenir este problema.
Qué son las llagas en la boca y por qué aparecen
Las llagas en la boca son lesiones abiertas que se desarrollan en los tejidos blandos de la cavidad oral, como la lengua, las encías, el paladar o el interior de las mejillas. Aunque suelen ser pequeñas, su impacto en la calidad de vida puede ser significativo debido al dolor y la incomodidad que generan.
Estas lesiones son, en esencia, una respuesta inflamatoria del organismo ante algún tipo de daño, irritación o enfermedad. Aunque en la mayoría de los casos son benignas, su aparición frecuente o prolongada podría ser un indicio de un problema de salud subyacente, lo que hace necesario acudir a un profesional de la salud bucodental.
En algunos casos, estas llagas pueden confundirse con las calenturas labiales, debido a que ambas causan lesiones dolorosas en la boca o sus alrededores. Sin embargo, mientras las llagas suelen originarse por irritaciones o deficiencias, las calenturas son causadas por el virus del herpes simple. Identificar su origen es clave para un tratamiento adecuado.
6 Causas principales de las llagas en la boca
Las causas de las llagas en la boca son variadas, y van desde factores simples como un trauma físico hasta condiciones médicas complejas. Entender las posibles razones de su aparición es esencial para tratarlas y prevenirlas eficazmente.
Microtraumas o lesiones físicas
Un cepillado demasiado fuerte, morder accidentalmente el interior de la boca o el uso de prótesis dentales mal ajustadas pueden provocar pequeñas heridas que se convierten en llagas. Estas lesiones, aunque superficiales, son propensas a irritarse debido al constante contacto con alimentos, bacterias y movimientos al hablar o masticar.
Además, aparatos de ortodoncia mal colocados o bordes afilados en los dientes también pueden generar microtraumas que derivan en estas úlceras.
Estrés y alteraciones emocionales
El estrés afecta de manera significativa al cuerpo, debilitando el sistema inmunológico y favoreciendo la aparición de inflamaciones, incluidas las llagas bucales. Durante períodos de tensión, el cuerpo produce cortisol, una hormona que, en exceso, puede suprimir las defensas naturales del organismo, haciendo que las mucosas sean más susceptibles a las lesiones.
Esto explica por qué muchas personas observan un aumento en las llagas bucales cuando atraviesan épocas de ansiedad o falta de descanso adecuado.
Deficiencias nutricionales
El impacto de la salud general en tu boca puede estar relacionado con la aparición de llagas recurrentes. Algunas enfermedades, como la celiaquía, el lupus o la enfermedad de Crohn, pueden manifestarse con úlceras en la cavidad oral. Estas patologías, al estar vinculadas con inflamaciones crónicas o alteraciones inmunológicas, afectan también a los tejidos blandos de la boca.
En algunos casos, las llagas pueden ser el primer signo visible de estas condiciones, lo que subraya la importancia de no ignorarlas y buscar atención médica adecuada.
Enfermedades sistémicas
Algunas enfermedades, como la celiaquía, el lupus o la enfermedad de Crohn, pueden manifestarse con úlceras recurrentes en la boca. Estas enfermedades, al estar relacionadas con inflamaciones crónicas o alteraciones inmunológicas, afectan también a los tejidos blandos de la cavidad oral.
En algunos casos, las llagas pueden ser el primer signo visible de estas patologías, lo que subraya la importancia de no ignorarlas y buscar atención médica.
Cambios hormonales
En mujeres, los cambios hormonales durante el ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia pueden favorecer la aparición de llagas en la boca. Estos cambios afectan la regulación inmunológica y la capacidad de los tejidos orales para regenerarse, haciéndolos más vulnerables. Por ejemplo, durante el embarazo, el aumento de progesterona puede generar inflamación en las encías, lo que facilita la aparición de aftas.
Irritantes alimentarios y químicos
El consumo de alimentos muy ácidos, como cítricos, piña o vinagre, o picantes, como el chile o especias fuertes, puede irritar la mucosa oral y provocar pequeñas heridas que se convierten en aftas. Asimismo, el uso de dentífricos o enjuagues bucales con ingredientes agresivos, como el lauril sulfato de sodio, puede exacerbar la irritación y aumentar el riesgo de desarrollar llagas, especialmente en personas con mucosas sensibles o predisposición a estas lesiones.
Cómo prevenir las llagas en la boca
Prevenir las llagas en la boca requiere adoptar hábitos saludables que protegen la mucosa oral. Mantener una buena higiene bucodental es fundamental: cepíllate los dientes después de cada comida con un cepillo suave, usa hilo dental y enjuagues bucales sin alcohol para evitar irritaciones.
La alimentación también es clave. Una dieta rica en nutrientes como hierro, zinc y vitaminas del grupo B ayuda a mantener los tejidos fuertes y saludables. Incluye frutas, verduras y cereales integrales, y evita alimentos irritantes como cítricos, especias fuertes o bebidas muy calientes, que pueden dañar la mucosa.
El estrés puede ser un desencadenante de llagas. Practicar actividades relajantes como yoga, meditación o ejercicio ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y reduce la probabilidad de que aparezcan. Evitar hábitos como morderse los labios o el uso de prótesis dentales mal ajustadas también es esencial.
Por último, las revisiones regulares con el dentista son cruciales. Estas permiten identificar y corregir problemas que puedan favorecer la aparición de llagas, como caries o traumatismos por aparatos dentales.
Adoptar estas medidas no solo previene las llagas, sino que también mejora la salud bucal general y la calidad de vida.
Síntomas de las llagas y cuándo preocuparse
Las llagas en la boca presentan síntomas que pueden afectar notablemente la calidad de vida, especialmente al realizar actividades cotidianas como comer, hablar o incluso sonreír. Entre los principales síntomas destacan:
- Dolor persistente en el área afectada: El dolor es el síntoma más común y suele variar en intensidad dependiendo del tamaño y localización de la llaga. Este dolor se agrava al consumir alimentos o bebidas ácidas, picantes o extremadamente calientes, y puede llegar a ser tan molesto que dificulte las comidas diarias o el simple acto de beber agua.
- Inflamación y sensibilidad de los tejidos cercanos: Las llagas a menudo van acompañadas de inflamación visible o una mayor sensibilidad en las áreas circundantes. Esto puede generar molestias al hablar o al masticar, ya que incluso el roce con los dientes o la lengua resulta doloroso.
- Sensación de ardor o irritación constante: Las llagas pueden producir una sensación de quemazón que se mantiene incluso en reposo, haciendo que cualquier acción que implique contacto con la zona afectada sea incómoda y desagradable.
- Dificultad para comer, beber o hablar: A medida que las molestias aumentan, las llagas interfieren en tareas cotidianas como masticar alimentos sólidos, tragar líquidos o articular palabras con claridad, afectando directamente la calidad de vida de la persona.
- Apariencia característica y duración prolongada: Suelen presentarse como pequeñas lesiones de color blanquecino o amarillento con bordes rojizos inflamados. Aunque suelen desaparecer en una o dos semanas, es importante estar atento si estas persisten o empeoran con el tiempo.
Si estos síntomas persisten durante más de 15 días, aparecen con frecuencia o se acompañan de fiebre, fatiga excesiva o inflamación de los ganglios, se recomienda acudir a una clínica dental para una evaluación profesional. Estos signos pueden indicar la presencia de una afección más grave que requiere diagnóstico y tratamiento especializado.
Tratar las llagas en la boca
Las llagas en la boca, aunque generalmente inofensivas, pueden ser muy molestas y afectar la rutina diaria. Por ello, es fundamental estar atentos a los síntomas y tomar medidas para prevenir su aparición. Mantener una buena higiene bucal, evitar alimentos irritantes y proteger las mucosas de posibles lesiones son pasos clave para reducir el riesgo de desarrollarlas.
Si bien la mayoría desaparece por sí sola en unos días, es importante no ignorar aquellas que persisten más de dos semanas o que se acompañan de síntomas como fiebre, fatiga o inflamación de los ganglios. Estas señales podrían indicar un problema más serio que requiere la evaluación de un profesional.
En la Clínica Dental Doctor Toledo en Zaragoza, estamos preparados para ayudarte a cuidar tu salud bucal y resolver cualquier duda o complicación relacionada con este tipo de lesiones. No dudes en contactarnos para recibir una atención personalizada y profesional.