Cirugía maxilofacial, ¿has oído hablar de ella? En este artículo desde Doctor Toledo explicaremos qué es y cuáles son sus campos de acción.
Qué es la cirugía maxilofacial
La cirugía maxilofacial se ocupa de las patologías que afectan a los huesos de la mandíbula y a la cara en general, por lo que se encarga de la Traumatología, la Oncología, las malformaciones congénitas y adquiridas y la cirugía preprotésica. Es una especialidad ecléctica, ya que el cirujano maxilofacial tiene conocimientos específicos y peculiares de varios distritos, órganos y funciones relacionadas (respiración, fonación, masticación, vida social, etc.).
El Cirujano Maxilofacial debe tener conocimientos muy específicos y debe operar una síntesis necesaria en la solución de diversos problemas relativos a la extremidad cefálica, que es una concentración de órganos de los sentidos y la terminal más importante de la vida social. En otras palabras, debe ser capaz de devolver un perfil armonioso a un rostro que, por diversas razones, está desequilibrado o deteriorado, sin sacrificar sino potenciar las funciones.
Las operaciones pueden incluir:
- Cirugía dentoalveolar
- Biopsias y extirpación de quistes o tumores
- Cirugía oral e implantología
- Cirugía ortognática
- Cirugía facial estética
- Operaciones de la articulación temporomandibular
La duración y la recuperación dependen del tipo de cirugía realizada, aunque gracias a los nuevos equipos disponibles, las operaciones de cirugía maxilofacial tienen casi siempre efectos positivos.
El procedimiento se lleva a cabo en consultas dentales bien equipadas o en quirófanos de clínicas u hospitales. El paciente es anestesiado y sedado, y el procedimiento, según el tipo, puede durar una hora o mucho más.
La recuperación también dependerá de lo invasivo del procedimiento, y en algunos casos el paciente puede necesitar ser ingresado en el hospital.
¿Cómo ha evolucionado la cirugía maxilofacial con el tiempo?
Esta rama de la cirugía, relativamente joven en comparación con otras, ha tenido un desarrollo a veces tumultuoso para estar a la altura de los tiempos. Es probable que este salto acelerado haya hecho que se entienda y conozca poco su experiencia.
Muchos cirujanos maxilofaciales, al completar su plan de estudios, obtienen también otras especialidades relacionadas, como la cirugía plástica, la otorrinolaringología y la estomatología. A diferencia de las escuelas anglosajonas, que no reconocen una “districticidad” (el Oncólogo trata los tumores allí donde se desarrollan, el Cirujano Plástico trata las patologías de los tejidos cutáneos de todo el cuerpo), las escuelas europeas reconocen como competencia de la Cirugía Maxilofacial las patologías oncológicas, traumatológicas y malformativas de la cara.
Cirugía maxilofacial: una cirugía de la imagen
La cirugía maxilofacial forma parte de la llamada “cirugía de la imagen”, que tanto llama la atención por los conocidos fenómenos culturales, de vestuario y mediáticos. De hecho, utilizado y modulado adecuadamente por manos expertas, puede cumplir una expectativa que podríamos definir como global, actuando tanto sobre los tejidos de la piel como sobre el esqueleto facial en todos sus componentes.
Nunca se debe fomentar una expectativa milagrosa por parte del paciente. El trabajo del cirujano debe guiarse siempre por las necesidades reales del paciente y su estado de ánimo: debe tender a realzar los méritos de un rostro, eliminando o atenuando los defectos, para recuperar la justa armonía del físico y su “sentimiento”.
Aparte de los pacientes traumatizados y oncológicos, ¿cuáles son los pacientes que más frecuentemente acuden al Cirujano Maxilofacial?
Entre las malformaciones adquiridas, destacan sin duda las dismorfias faciales, las anomalías funcionales y estéticas nasales y las patologías relacionadas con la edad, como la disminución del tono de los tejidos blandos (párpados, mejillas, cuello) y la atrofia de los procesos alveolares de los maxilares. Esto último se trata en la cirugía preprotésica y en la implantología.
¿El cirujano maxilofacial colabora con otros especialistas?
La importancia de la colaboración con otros especialistas es bastante intuitiva: el otorrinolaringólogo para las patologías flogísticas de los senos paranasales; el odontólogo y el ortodoncista para las patologías malformativas dentofaciales, para las que se realiza un cambio completo tanto de la función como de la estética facial.
Dada la importancia de los cambios, es aconsejable que los pacientes se sometan a una preparación psicológica, que también se ve facilitada por la predicción del resultado final, que se presentará al interesado antes de la operación. La cirugía maxilofacial, al tratarse de la imagen de la persona y de cómo se percibe a sí misma, cambia la forma en que el paciente se presenta al mundo exterior y se relaciona con los demás. No es infrecuente, de hecho es casi la regla, que el sujeto tratado cambie de personalidad: de tímido e introvertido a seguro de sí mismo y extrovertido, lo que suele aumentar sus “posibilidades” de afirmación y éxito en el trabajo y en las amistades. Por lo tanto, la mejora morfológica siempre va acompañada de un aumento de la calidad de vida.
Como la cirugía maxilofacial es un procedimiento quirúrgico, puede presentar algunos riesgos. Entre ellas se encuentran: infecciones, hemorragias, reacciones a la anestesia y muchas otras.
Sin embargo, nos gustaría señalar que, dado que el procedimiento tiene un amplio rango de acción, puede mejorar significativamente la vida de un paciente con problemas relacionados con el esqueleto facial.
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