Niña sonriente en una consulta dental infantil durante una revisión con especialistas en odontología, en el contexto de un tratamiento de fenestración dental en niños.

¿Qué es la Fenestración Dental en niños?

En la infancia, el desarrollo de la dentición permanente es un proceso fundamental para garantizar una salud bucodental óptima en la edad adulta. Sin embargo, no siempre todos los dientes erupcionan de manera natural. Cuando esto no ocurre, puede ser necesario intervenir para facilitar el proceso. Una de las soluciones más efectivas es la fenestración dental, un procedimiento quirúrgico sencillo y seguro que permite guiar la salida de los dientes que se han quedado retenidos.

Este tratamiento, cuando se realiza a tiempo y bajo la supervisión de especialistas en odontología infantil, evita complicaciones mayores y contribuye a un crecimiento bucodental armonioso. Vamos a explicarte en detalle cuándo se indica, cómo se realiza y por qué es tan importante realizarlo durante la infancia.

¿Qué es la fenestración dental en niños?

La fenestración dental es una intervención quirúrgica menor que se realiza con el objetivo de exponer un diente permanente que, por distintas razones, no ha logrado salir a la superficie. Esto suele ocurrir cuando el diente está retenido dentro del hueso maxilar o cubierto por encía, impidiendo su erupción natural.

El procedimiento consiste en eliminar cuidadosamente el tejido blando o una pequeña porción de hueso que recubre el diente, dejándolo visible para su posterior tratamiento. Esta técnica es especialmente frecuente en caninos superiores, debido a su trayectoria compleja de erupción y a la falta de espacio en el arco dental.

Una vez expuesto, el diente puede erupcionar por sí solo o ser guiado mediante ortodoncia, utilizando aparatos como brackets o botones. Esta combinación quirúrgico-ortodóncica permite que el diente llegue a su posición ideal, respetando la estética y la funcionalidad de la arcada dental.

Beneficios de la fenestración durante el crecimiento de los niños

Realizar una fenestración a tiempo ofrece múltiples beneficios tanto estéticos como funcionales. Entre ellos destacan:

  • Evita tratamientos más complejos en el futuro.
  • Permite alinear los dientes correctamente, previniendo apiñamientos o maloclusiones.
  • Previene problemas óseos derivados de la posición anómala del diente.
  • Mejora la sonrisa del niño, favoreciendo su autoestima, especialmente en la adolescencia.
  • Facilita la ortodoncia, ya que el hueso infantil es más flexible y responde mejor a la tracción dental.

Cuanto antes se detecte la necesidad de intervenir, más sencilla y efectiva será la corrección.

¿Cuándo está indicada la fenestración en pacientes infantiles?

No todos los dientes retenidos requieren una fenestración. Sin embargo, existen situaciones en las que esta intervención es la mejor opción para evitar consecuencias más graves.

Las principales indicaciones son:

  • Ausencia de erupción tras el tiempo esperado, especialmente si el diente contralateral ya ha salido.
  • Retención prolongada de dientes temporales, que impiden la salida del permanente.
  • Falta de espacio en el arco dental que provoca la impactación del diente.
  • Malposición dentaria que compromete el desarrollo normal del hueso y la alineación.
  • Presencia de quistes o tejido anómalo que bloquea la salida del diente.
  • Factores genéticos o hereditarios que influyen en la trayectoria de erupción.

Para confirmar la necesidad de fenestración, se realiza un estudio completo con radiografías panorámicas y laterales del cráneo, que permiten evaluar la posición exacta del diente, la cantidad de hueso que lo recubre y su relación con los dientes vecinos. Esta planificación detallada es esencial para garantizar el éxito del tratamiento.

Procedimiento de la fenestración dental paso a paso

Antes de iniciar la intervención, el equipo odontológico realiza un estudio detallado y personalizado de cada caso. Este análisis incluye radiografías panorámicas, telerradiografías y una exploración clínica minuciosa.

El objetivo es determinar con precisión la posición del diente retenido, el tipo de pieza afectada y la edad del paciente, factores fundamentales para planificar correctamente el procedimiento de fenestración dental en niños. Gracias a este enfoque individualizado, se garantiza una intervención más predecible, segura y adaptada al desarrollo bucodental de cada niño.

Anestesia local o sedación consciente dental infantil

La seguridad y el confort del niño son prioridades absolutas durante el tratamiento. Por eso, el procedimiento de fenestración dental en niños se realiza habitualmente bajo anestesia local, aplicada de forma cuidadosa en la zona donde se encuentra el diente retenido. Este tipo de anestesia bloquea completamente el dolor, permitiendo que la intervención sea totalmente indolora. En casos donde el pequeño paciente presenta ansiedad dental o es muy joven, se puede recurrir a la sedación consciente

Esta técnica, perfectamente controlada, permite que el niño esté relajado pero consciente, facilitando la colaboración durante todo el procedimiento. Esta combinación garantiza una experiencia cómoda y segura tanto para el niño como para su familia.

Incisión y exposición del diente retenido 

Una vez anestesiada la zona, el especialista realiza una incisión precisa en la encía, justo sobre el área donde se encuentra el diente que no ha erupcionado. Si el diente está completamente cubierto por hueso, es posible que sea necesario retirar una pequeña cantidad de tejido óseo con instrumental quirúrgico específico.

Este paso debe realizarse con extrema delicadeza para evitar dañar estructuras adyacentes y asegurar una correcta cicatrización posterior. La finalidad es exponer el diente de forma controlada, lo que permitirá intervenir sobre él y favorecer su erupción natural o asistida. Este paso es clave en cualquier procedimiento de fenestración dental en niños, ya que marca el inicio de la corrección del problema.

Colocación de brackets tras la fenestración dental en niños

Una vez que el diente impactado está visible, se evalúa la necesidad de realizar una tracción ortodóncica. En la mayoría de los casos, especialmente cuando el diente está completamente retenido, se cementa un pequeño bracket o botón metálico directamente sobre su superficie. Este aditamento se une mediante cadenas o arcos a un sistema de ortodoncia fijo que se encarga de aplicar fuerzas suaves y progresivas. Estas fuerzas permiten guiar el diente hacia su posición correcta en la arcada dental, ayudando a que se incorpore funcional y estéticamente a la dentición del niño. 

Esta combinación de cirugía dental y ortodoncia es fundamental en el éxito de la fenestración en niños, permitiendo resolver el problema sin necesidad de extracciones ni tratamientos agresivos en el futuro.

Cierre quirúrgico y cicatrización guiada tras la fenestración dental

El último paso del procedimiento depende del plan de tratamiento diseñado previamente. En algunos casos, el especialista decide dejar el diente completamente expuesto, permitiendo que la encía cicatrice alrededor de él de forma natural. En otras ocasiones, se opta por cubrir parcialmente el diente con tejido gingival, favoreciendo una cicatrización más dirigida. 

Esta elección depende del tipo de diente, su posición y la planificación ortodóncica posterior. En ambos casos, se busca facilitar la erupción gradual y controlada del diente con el menor impacto posible en los tejidos blandos. Este cierre adecuado es una parte esencial de la fenestración dental en niños, ya que permite una recuperación cómoda, minimiza el riesgo de infecciones y favorece un entorno ideal para que el tratamiento ortodóncico cumpla su función.

Cuidados postoperatorios y seguimiento tras la fenestración en niños

La recuperación tras una fenestración dental en niños suele ser rápida y cómoda si se siguen bien las recomendaciones del especialista. Es fundamental administrar correctamente los analgésicos o antiinflamatorios, así como aplicar frío local en las primeras 24 horas para reducir la inflamación. Además, se debe mantener una higiene oral cuidadosa, evitando cepillar directamente la zona tratada.

Durante los días posteriores, conviene ofrecer una alimentación blanda, evitando alimentos duros o calientes que puedan interferir en la cicatrización. También es esencial acudir a las revisiones programadas, donde el ortodoncista controlará la evolución del diente y ajustará el tratamiento. Una buena colaboración entre padres y profesionales garantiza una recuperación eficaz y sin complicaciones.

Fenestración dental en niños: el mejor momento para intervenir

El momento más adecuado para realizar una fenestración dental en niños es durante su etapa de crecimiento, cuando el hueso es más receptivo y el tratamiento puede guiar de forma natural la erupción del diente. Intervenir a tiempo evita problemas mayores y facilita una corrección eficaz con ortodoncia.

En nuestra clínica dental en Zaragoza, con experiencia en odontopediatría y cirugía oral, es posible abordar estos casos con un enfoque integral, seguro y adaptado a cada niño. Si tienes dudas sobre si tu hijo necesita este tratamiento, no esperes: el diagnóstico precoz marca la diferencia.

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